La fe no conoce fronteras
Lengua, cultura, música... a veces las diferencias parecen insalvables. Ejemplos de diversos eventos de la Iglesia muestran cómo pueden salvarse las diferencias y cómo las fronteras no tienen por qué ser un obstáculo para la comunión y el amor activo al prójimo.
El lema anual de 2024 no suena tan diferente en neerlandés (Bidden werkt) y en alemán (Beten wirkt). Y los jóvenes de los Países Bajos y Alemania también se dieron cuenta de otras similitudes en el día de la juventud realizado en Dronten (Países Bajos), al que los holandeses habían invitado a algunos alemanes. El Apóstol de Distrito Stefan Pöschel lo subrayó en el Servicio Divino que celebró al final del fin de semana, el 1° de septiembre de 2024. Exhortó a superar las diferencias y contribuir a la salvación de los demás. “Al hacerlo, no nos fijamos en lo que nos diferencia como individuos, sino en lo que nos une”, dijo, entre otras cosas. En la práctica, esto no siempre es tan fácil. Pero a lo largo de la semana, los jóvenes no solo conocieron las diferencias, sino que también aprendieron a apreciar las similitudes y, cuando fue necesario, mientras participaban de juegos se comunicaron con manos y pies divirtiéndose hasta bien entrada la noche. Para el Servicio Divino, el coro se limitó a ensayar cantos en inglés y las demás partes del programa se tradujeron una y otra vez para el pequeño grupo alemán. Al final del fin de semana, ambas partes se hicieron invitaciones para el próximo día de la juventud, el próximo concierto de coro, etc.
Café y torta en el lago Forggen
El lago Forggen, en Baviera (Alemania), está cerca de la frontera con Austria. Así, los adultos mayores de los países fronterizos se reunieron a orillas de este lago. Vinieron de los municipios alemanes de Füssen y Kempten y del municipio austríaco de Reutte con un clima perfecto. En un viaje de ida y vuelta de dos horas en barco, disfrutaron de la vista de las montañas, del Teatro del Festival de Füssen y del Castillo de Neuschwanstein, de la comunión entre ellos y de un delicioso café con torta.
Una tarde sudamericana en Europa
Música surinamesa, inglesa, africana y holandesa llenaron la iglesia de Tilburg (Holanda) el 8 de septiembre de 2024. 160 hermanos y hermanas e invitados acudieron a la iglesia ese día, entre ellos muchos de ascendencia surinamesa. La comunidad celebraba el Día Nacional de Surinam. Este pequeño país de Sudamérica es una antigua colonia neerlandesa y es atendido por portadores de ministerio de los Países Bajos. La organización de ayuda Stichting Corantijn de los Países Bajos también se dedica principalmente a ayudar a las personas necesitadas de este país. El coro Pramisi, que significa promesa, fue invitado a esta jornada. El Servicio Divino conjunto se celebró en surinamés y neerlandés, y todos intentaron orar el Padre Nuestro en surinamés. A continuación, el Obispo Ruud Vis y la secretaria Marion van Berkum dieron una visión del trabajo de la organización de ayuda. El almuerzo familiarizó a todos los invitados con la cocina surinamesa. La comunidad demostró a todos que solo hay una lengua, la lengua del amor.
La ayuda no conoce fronteras
Unos 500 habitantes de la aldea de Mbikiliki (Camerún) acaban de tener acceso a agua potable. Gracias a los donantes del Día de la Iglesia de Alemania del Sur celebrado en mayo de 2024, la organización de ayuda human aktiv de Alemania del Sur construyó un sistema de abastecimiento de agua en la aldea del suroeste de Camerún. A pesar de las dificultades que hubo durante la construcción –los materiales de construcción tuvieron que comprarse en la ciudad de Douala, a 200 kilómetros de distancia, y apenas había trabajadores locales para las obras de Mbikiliki– el proyecto se completó con éxito. Stephanie Rastedter, de la oficina de human aktiv, está contenta: “Han sido donados más de 3.000 euros para el sistema de suministro de agua potable. Queremos dar las gracias a todos los donantes en nombre de los habitantes de Mbikiliki”.
Música sin fronteras
De Suiza a Alemania, pasando por Sudáfrica y Argentina, hasta llegar a Austria: la orquesta sinfónica juvenil de Suiza ya ha actuado como invitada en varios países, y ahora el país vecino de Austria ha tenido el placer de recibirla. El 13 de octubre de 2024 en la capital, Viena, el concierto comenzó con la obertura de “Guillermo Tell”. El programa continuó con obras clásicas de Edward Elgar, Jules Massenet y Dimitri Shostakovich hasta musicales como “El Rey León”, “El Libro de la Selva” y “Robin Hood”. Una argentina, austríaca por elección, tocó un solo de violín. El concierto terminó con una gran ovación.
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