La inauguración del DJI promete una celebración increíble

El zumbador era de un rojo brillante: con las dos manos, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider inauguró oficialmente el Día de la Juventud Internacional (DJI) 2019 en Düsseldorf (Alemania). A juzgar por el increíble comienzo, el resto solo puede ser impresionante.

El lema “Heme aquí” resonó en todo el Arena desde las filas polifónicas. Y luego, marcharon las diferentes naciones—en la persona de los embajadores del DJI. El Apóstol Mayor entró en medio de los jóvenes, quienes aplaudieron por un largo minuto. “Herzlich willkommen, happy welcome, bienvenue à tous,” dio la bienvenida a los participantes de más de 100 nacionalidades.

En esta oportunidad no se trata del poder de las llaves de Pedro, dijo. “Hoy se me ha dado poder sobre el zumbador,” dijo el Apóstol Mayor. “Tan pronto como pulse este botón, las cosas se pondrán en marcha. ¿Lo hago?” Preguntó en medio de ovaciones y de un estruendoso aplauso antes de pulsar el botón para comenzar con la cuenta regresiva y los fuegos artificiales. “De esta forma declaro oficialmente iniciado el Día de la Juventud Internacional”.

Presentación de la canción “Heme aquí”

“Heme aquí” resonó desde el centro del Arena. Mbaita Muyenga de Zambia entonó la canción oficial del DJI. El tema fue compuesto por Julia Maier, una música de jazz de Austria, que ya había atraído la atención en Pentecostés de 2017 en Viena con “Señor, ten misericordia de mi vida”.

Una característica especial de los espectáculos de baile en esta mañana era la representación de las tres emociones: alegría, tristeza e inseguridad—sentimientos que los jóvenes definitivamente han traído con ellos a este encuentro de la juventud. Estas emociones se retomarán nuevamente en el evento final—rodean al DJI. En el cierre, será evidente que algo ha cambiado durante los dos días previos.

La ola mejicana para ir entrando en calor

Armin Laschet, Primer Ministro del Estado Federado de Renania del Norte-Westfalia, envió un mensaje de video. Saludó a los invitados de todo el mundo y les deseó mucho gozo al ocuparse de su fe y de los encuentros con gente de otros países y culturas. Así es como puede fortalecerse la comprensión mutua, dijo, para afrontar juntos los retos del futuro.

El programa preliminar ya ofrecía un primer punto culminante: una interpretación solista de “Over the Rainbow” acompañada por la orquesta. Esto convirtió al Arena en un mar de luces de celular oscilantes y brillantes. Desde ese momento el ambiente del Arena estuvo cargado de emoción: el público aplaudió las canciones que siguieron. Y la ola mejicana se hizo ver entre la multitud.

Este no fue el único momento en el que las filas cobraron vida con luces. Todo el público había recibido pulseras con mando a distancia que se prendían en varios colores. Definitivamente no era la última vez que se encenderían estas pulseras.

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