El ministerio (12): Llamado e instituido
Un ser humano llega a ser portador de un ministerio por elección divina y lo recibe a través de la ordenación. Qué es exactamente la ordenación y en qué se diferencia de otros actos de institución.
Ordenación, encargo, nombramiento. Son los tres actos de institución que la Iglesia Nueva Apostólica conoce desde Pentecostés 2019 para todos los niveles ministeriales y aún más allá.
Ordenación, es la transmisión
- de un ministerio
- con poder, bendición y santificación
- se recibe de rodillas por imposición de manos de un Apóstol
- no tiene límites de tiempo
Encargo, es la transmisión
- de una función de conducción y administración espiritual
- a un portador de ministerio
- con bendición y santificación
- se recibe de rodillas por imposición de manos de un Apóstol o de un portador de ministerio sacerdotal dirigente
Nombramiento, es la transmisión
- de un servicio espiritual
- con una oración por la bendición de Dios
- a un portador de ministerio o un miembro de la comunidad
- se recibe de pie con un apretón de manos de un portador de ministerio sacerdotal dirigente
En todos los casos, la institución debe realizarse tomando en consideración las competencias personales y técnicas.
La ordenación compete a la institución de Diáconos, Pastores o Apóstoles. Se trata ante todo de la transmisión de diferentes autoridades ministeriales para el anuncio de la palabra y la administración de los Sacramentos. Una particularidad es la ordenación como Apóstol Mayor. Medido en su autoridad ministerial también es un Apóstol, pero además lleva la máxima responsabilidad de la doctrina y el orden en la Iglesia (servicio de Pedro/poder de llaves).
El concepto “ordenación” proviene del latín “ordinatio” y significa ser colocado en otro “ordo”, otro “estado”. La imposición de manos y la oración tienen su origen en el Nuevo Testamento. Hay testimonios de ellas en Hechos 6 y 13, así como en 1 y 2 Timoteo, siendo uno de los elementos fundamentales de la ordenación. El ponerse de rodillas debe expresar la santidad del acto y la humildad ante Dios, la comunidad y la tarea vinculada con el ministerio.
El encargo compete a la institución de Apóstoles de Distrito y dirigentes de distrito y de comunidad. Al igual que en la ordenación, la bendición promete la asistencia del Espíritu Santo y despierta, fortalece y multiplica los dones existentes en el receptor. La santificación indica que Dios mismo es el que quiere obrar en su santidad y el receptor puede obrar en el poder el Espíritu Santo.
El nombramiento compete no solo a portadores de ministerio, sino también a miembros de la comunidad activos a largo plazo como docentes responsables principales o encargados de la juventud. Entre los portadores de ministerio, además reciben un nombramiento: los ayudantes de los dirigentes de distrito y de comunidad, los Apóstoles líderes y los Ayudantes Apóstol de Distrito y Ayudantes Apóstoles Mayor. Una particularidad constituye aquí el Obispo, un portador de ministerio sacerdotal que recibe un nombramiento por ser colocado como ayudante de un Apóstol. El título se mantiene en el nuevo orden ministerial por respeto a la tradición cristiana.
Las fuentes de este artículo son el Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica (versión larga y preguntas y respuestas), un comentario complementario al capítulo 7, las ediciones especiales de los Pensamientos Guías 03/2017, 04/2017 y 02/2019, así como los materiales de capacitación para las reuniones de introducción. / Foto: Hyejin Kang - stock.adobe.com