Reunión de la cumbre: lo que normalmente no se ve

Manuela van Husen cruza el pasillo del hotel con un cincel en la mano. Se dirige a una misión especial. Esto también forma parte de la asamblea de Apóstoles de Distrito (AAD). Todo lo que sucede en segundo plano.

Los Apóstoles de Distrito se reúnen dos veces al año: una en la sede de la Iglesia Nueva Apostólica Internacional (INAI) en Zúrich (Suiza) y la otra en sedes que se alternan entre Europa y África, entre América, Asia y Australia.

Si Zúrich es el lugar de encuentro, los preparativos comienzan con un año de antelación, con la reserva del hotel. Porque no se pueden conseguir alrededor de 25 habitaciones con poca antelación, y menos en fechas como Pentecostés. La ubicación es decisiva para la elección del alojamiento, explica Manuela van Husen, secretaria del Apóstol Mayor: debe ser céntrico con respecto al aeropuerto, al edificio de la INAI y al lugar del Servicio Divino dominical correspondiente.

Y entonces comienza su planificación detallada: ¿Quién llega dónde y en qué medio de transporte? ¿Dónde debe haber algo para comer y cuándo? ¿Quién necesita qué invitaciones para obtener su visado?

Limpieza de primavera en la INAI

¿Pentecostés en Zúrich? Esto significa trabajo extra para Roger Mattenberger. Suele ocuparse de que las salas de conferencias y de pausas en la sede de la INAI tengan el mobiliario correspondiente y estén debidamente arregladas.

Pero esta vez es primavera en el hemisferio norte. También quiere que la zona exterior esté en perfectas condiciones: quitar las malezas, limpiar el estanque, fregar las baldosas... “Nadie lo pide, probablemente nadie lo vea, pero para mí es importante”.

Más de una sesión

Es hora de que Simon Heiniger se ocupe del contenido de cada uno de los puntos del orden del día. Entre otras cosas, se encarga de la Dirección de proyectos de la INAI. El orden del día procede del Apóstol Mayor o de asambleas anteriores. A menudo el máximo dirigente de la Iglesia internacional inicia un asunto, los Apóstoles de Distrito lo debaten y se necesita información adicional o trabajo preparatorio.

Esto significa que un tema se trata varias veces. “Es bueno e importante que la cúpula de la Iglesia tenga el tiempo y el espacio protegido para debatir los distintos temas –quizás incluso controvertidos– con tranquilidad”. Así explica Heiniger, que también es director de los Servicios de Comunicación, un efecto que no solo repercute en los responsables de la Iglesia.

También Frank Stegmaier escribe un orden del día. Es director de Administración y Finanzas de la INAI. Su ámbito es la asamblea de delegados. Aunque esta coincide con la asamblea de Apóstoles de Distrito en cuanto a sus integrantes, aquí los temas no son de carácter espiritual, sino decididamente organizativos.

En acción para todas las ocasiones

Lunes: Llegan los primeros Apóstoles de Distrito y Ayudantes. No solo los americanos y australianos viajan más de doce horas. La mayoría viaja de Sudáfrica a Europa pasando por Dubai.

Ahora comienza la fase caliente: Roger Mattenberger recoge el minibús en la empresa de alquiler a las 9 de la mañana y tiene que estar en el aeropuerto a las 9.30 horas. Mientras tanto, Manuela van Husen corre por los pasillos del hotel. ¿Ha olvidado el cargador del móvil? Eso tiene solución. ¿La llave de la valija quedó en casa? Solo el cincel puede ayudar.

Conectados en palabras y obras

La reunión está en pleno apogeo. Y Samuel Mueller se alegra de haber traducido ya de antemano los documentos. Prefiere interpretar un Servicio Divino que una asamblea de Apóstoles de Distrito o incluso una asamblea de delegados. Al fin y al cabo, está más familiarizado con el inglés eclesiástico que con el inglés comercial.

Son las tres de la tarde, su resistencia flaquea, la pesadez del mediodía le pasa factura. El traductor Mueller bosteza en su cubículo y, sorprendido, se tapa la boca. Porque todos los Apóstoles de Distrito y Ayudantes que están conectados a su micrófono a través de auriculares de repente también bostezan.

Antes, después, en el medio

Simon Heiniger no puede permitirse estar cansado, no por el momento. Hacia medianoche, se sienta en la recepción del hotel con Sam Mueller ante su notebook y formula. Los debates de hoy han ido bien. Y ahora se necesita una propuesta de resolución para mañana.

Aún le quedan unos días por delante antes de poder tirarse en el sofá de su casa el domingo por la tarde, para tomarse un pequeño respiro. El trabajo continúa el lunes: redactar el protocolo, cumplir encargos, preparar documentos para la próxima reunión.

Y así, como todos los implicados coinciden: después de la AAD es antes de la AAD.

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