Elegido como héroe cotidiano por su coraje

El diagnóstico de la enfermedad de Parkinson acompaña a Detlev Friedriszik (65 años), de la comunidad Kamp-Lintfort (Alemania), desde hace 15 años. Una enfermedad incurable que afecta notablemente su vida cotidiana, pero que no impide a este Pastor en descanso dar a los enfermos de Parkinson un nuevo coraje para afrontar la vida.

Héroe cotidiano. Este es el nombre del premio mensual que concede la Fundación Hilde Ulrich para la Investigación del Parkinson, la primera fundación privada de Alemania que promueve la investigación de métodos de tratamiento no medicinales para la enfermedad de Parkinson. El premio se otorga a las personas afectadas por la enfermedad de Parkinson que, a través de cómo afrontan su enfermedad, “logran grandes cosas y son ejemplos de una vida activa pese a tener Parkinson”. El héroe cotidiano de marzo de 2021 fue nuestro hermano en la fe Detlev Friedriszik.

“¡¿Héroe?! Un término bastante extraño. Los héroes siempre están muertos”, sonríe este hombre de 65 años. “No me veo como un héroe, solo intento vivir con mi enfermedad, además de ayudar a otros compañeros afectados a seguir su camino teniendo Parkinson, e informar al público para quitarle el horror a esta enfermedad”. La enfermedad de Parkinson, un trastorno neurológico degenerativo, aparece gradualmente. La falta de dopamina, un neurotransmisor producido en el cerebro medio e implicado en la transmisión de impulsos de una célula nerviosa a otra, perjudica la interacción entre el cerebro y los músculos de los enfermos.

Vivir la vida con nuevas circunstancias

Detlev Friedriszik tenía solo 50 años cuando le diagnosticaron la enfermedad de Parkinson. Como director de ventas y gerente de informática de una gran empresa, así como Pastor y encargado de la juventud en la comunidad Kamp-Lintfort Oeste, siempre tuvo un increíble entusiasmo por la acción, siempre estaba animado, siempre en movimiento. En algún momento, el cansancio, los sudores repentinos y el insoportable dolor de espalda lo afectaron tanto que fue al médico. “Tiene la enfermedad de Parkinson. Estaba allí sentado y no podía creer esas palabras. El diagnóstico fue un gran shock para mí”, recuerda el hermano en la fe.

No retirarse de la vida, sino vivirla con las nuevas circunstancias. Eso fue y es muy importante para Detlev Friedriszik. Y para ello es necesario afrontar la enfermedad abiertamente. El hermano Friedriszik también hace un llamamiento a otros afectados para que hagan lo mismo. Desde hace años trabaja de forma voluntaria en el campo de la concienciación y la educación pública sobre la enfermedad de Parkinson. Su compromiso ya ha sido recompensado con varios premios por su trabajo voluntario. “Las mejores ideas surgen por la noche”, dice, sacando ventaja del insomnio inducido por las drogas que debe tomar para tratar su enfermedad.

Seguir en movimiento

Muchas de las ideas de sus proyectos nacen de la vida cotidiana con la enfermedad. Detlev Friedriszik, por ejemplo, hizo la experiencia personal de que, además de la medicación, también es bueno para él hacer ejercicio. En su búsqueda de un aparato para hacer deporte “práctico, pequeño y utilizable en cualquier lugar”, conoció el invento de un profesor de tenis austriaco que también padece Parkinson: Smovey, los aros de balanceo. “Los estribos de estos aros se manejan de forma similar a las mancuernas. El propio anillo contiene bolas de acero que se mueven hacia adelante y hacia atrás durante los ejercicios de balanceo y desencadenan vibraciones de 60 hercios, que a su vez llegan al centro motor del cerebro, activando los músculos, el sistema linfático y la circulación sanguínea”, describe el afectado de Parkinson.

Cuenta su primera experiencia con los anillos de balanceo: “Fue increíble cómo los movimientos de balanceo liberaron la rigidez corporal causada por el Parkinson y casi pude volver a moverme libremente”. Este efecto fue probado y confirmado por un gran número de afectados. Y Detlev Friedriszik se compromete a compartir esta gama de movimientos con los demás. Al hacerlo, no se limita a los enfermos de Parkinson. Mientras tanto, 21 escuelas y 28 jardines de infantes de la región del Bajo Rin trabajan con los aros Smovey y enseñan a los niños a disfrutar del movimiento gracias al proyecto “Más movimiento para nuestros niños en la región del Bajo Rin”, que Detlev Friedriszik y su esposa Marianne dirigen de forma voluntaria. La agente de viajes se capacitó como entrenadora de ejercicios. “Así puedo acompañar a mi marido en su compromiso”, dice.

Gran resonancia en la radio y en Internet

El premio a Detlev Friedriszik como “Héroe cotidiano” del mes de marzo trajo, como es lógico, una oleada de cobertura de la prensa sobre nuestro hermano en la fe y su compromiso. “Una emisión de radio batió todos los récords”, relata entusiasmado Detlev Friedriszik y cuenta una experiencia especial: “Estaba preparando un post en nuestra página de Facebook con el que quería llamar la atención sobre la emisión de radio. Poco antes, en la página web de nuestro distrito de Bajo Rin apareció un reportaje sobre el ‘héroe cotidiano’. Me vinieron a la mente las palabras de nuestro Apóstol Mayor cuando dijo hace poco que deberíamos mostrar cuál es nuestra religión en los medios sociales. No lo pensé dos veces e integré el enlace a la web de nuestro distrito en el post. Tras obtener la aprobación de las partes implicadas, el anuncio fue publicado así”.

Cuando el hermano responsable del sitio web de la Iglesia le dijo que el número de visitantes de la página había aumentado de 30.000 a 55.000 en muy poco tiempo, Detlev Friedriszik también se sintió feliz. “Así es el trabajo moderno en la viña”, señala. “Antes íbamos de puerta en puerta y podíamos acercarnos a las familias individualmente e invitarlas al Servicio Divino. Hoy en día, un solo post hace que miles de personas entren en contacto inicial con nuestra Iglesia a través de los enlaces y también en este momento, debido a la pandemia del coronavirus, pueden encontrar una amplia gama de Servicios Divinos en línea”, el Pastor en descanso expresa su entusiasmo y también su gratitud: “Estoy agradecido al amado Dios de que después de 15 años de Parkinson todavía pueda producir algo así y que el Espíritu Santo despierte en mí los pensamientos adecuados en el momento oportuno”.

Aprovechar al máximo cada día

El mes de marzo pasó, con más meses por delante, quizás no como un héroe, Detlev Friedriszik continúa su viaje con la enfermedad de Parkinson. Experimenta días buenos y malos, confía en la ayuda de Dios, comparte sus experiencias en un intercambio constante con otros enfermos y sigue dándoles coraje. “¿Preocuparse por la enfermedad y olvidarse de vivir? ¡Eso es perder el tiempo! Hay que aprovechar al máximo cada día”. Ese es el lema del hermano Friedriszik. Está convencido de ello y da un buen ejemplo.


Este artículo fue publicado originalmente en una versión más extensa en la revista "Unsere Familie" en idioma alemán, edición 13/2021.

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