Más que solo compartir la comunión
“Comunión de vida con Cristo” es el tema general de los Servicios Divinos de febrero. Y eso significa algo más que dejar un poco de espacio en la vida para Jesús y su Evangelio. La comunión con Cristo llena toda la vida, hoy y en el futuro.
Comienzan por la causa, luego le siguen los efectos, abordando también el futuro. Los Servicios Divinos dominicales de febrero giran en torno al tema: “Comunión de vida con Cristo”. Se trata de cómo surge esta comunión de vida y cuál es su repercusión.
Cómo un sueño imposible puede hacerse realidad
Tener comunión eterna con Dios no es solo un sueño, puede hacerse realidad. Jesús se lo explicó a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:5). La Iglesia Nueva Apostólica entiende por nacimiento de agua al Santo Bautismo y por nacimiento del Espíritu al Santo Sellamiento. Quien acepta con fe estos dos Sacramentos puede nacer de nuevo, llegar a ser una persona completamente nueva y recibir la vida eterna. Esto comienza ya hoy, pues en la Santa Cena, el cristiano puede desarrollarse y crecer a imagen de Cristo.
Qué efecto tiene la comunión de vida con Dios
Un hombre es golpeado y robado. Los ladrones abandonan al herido a su suerte. Varias personas pasan de largo sin ayudar al moribundo. Finalmente, un hombre de un sector poco respetado en la sociedad acude a ayudar al herido. Esta parábola le fue narrada a un escriba después de haber preguntado: “¿Y quién es mi prójimo?”. El segundo Servicio Divino dominical trata de ser sensibles a las necesidades del prójimo. Volverse hacia el prójimo es un efecto de la comunión de vida con Dios. En lugar de preguntarse quién es el prójimo, uno también puede hacerse la pregunta: “¿Para quién puedo ser yo el prójimo?”, reconociendo la necesidad del prójimo y mostrando, como Jesús, misericordia y ayuda.
Por qué no hay que tener miedo a la muerte
Las personas saben que son mortales. Y a menudo lo reprimen. Los cristianos tampoco están a salvo del miedo a la muerte. Pero en el tercer Servicio Divino de febrero, los cristianos nuevoapostólicos se ocupan de una esperanza que perdura incluso ante el horror de la muerte: la esperanza del cuerpo de resurrección, la nueva existencia. Este es el requisito previo para la comunión con Dios. En los siguientes versículos después de la palabra bíblica, leemos que debemos buscar la comunión con Dios incluso hoy sin un cuerpo de resurrección. El Servicio Divino ofrece sugerencias al respecto.
Cuando Dios tiene otros planes
El último domingo de febrero sirve de preparación para el Servicio Divino en ayuda para los difuntos de principios de marzo. El Servicio Divino trata del hecho de que tanto los vivos como los muertos pueden recibir la salvación y deben tener comunión con Cristo. El Servicio Divino se basa en una palabra de los Hechos de los Apóstoles. Hace referencia al plan de Pablo de realizar trabajo misionero en Asia y de cómo su plan fue frustrado por Dios, dando así comienzo a la difusión del Evangelio en Europa. También hoy en día, nuestros propios planes a veces son diferentes de los planes de Dios. Entonces uno tiene que confiar en el Espíritu Santo para que lo guíe y lo conduzca. Y quienes se dejan guiar por el Espíritu Santo desean la salvación no solo para sí mismos, sino también para todos los vivos y los muertos. El Servicio Divino nos invita a orar por la salvación de todos. Nuestras dificultades y preocupaciones personales no nos deben impedir orar por los difuntos.
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