En foco 2/2023: Aprender a reinar en nuestra vida

Sogas, cadenas y dominio propio. Estas son las palabras clave del artículo de “En foco” del Apóstol de Distrito Enrique Minio (Sud América). Se ocupa del lema para 2023 y de la alocución de Año Nuevo del Apóstol Mayor.

Uno de los puntos que el Apóstol Mayor destacó en su mensaje de inicio del año es que debemos reinar sobre nuestros pensamientos y nuestras acciones, preparándonos ya hoy para la función que Dios nos ofrece ejercer en el milenario reino de paz.

Cuando logramos reinar primero sobre nuestros pensamientos, entonces es posible reinar también sobre nuestras palabras y nuestros actos.

He sido enseñado en la Iglesia que “los pensamientos son como hilos, las palabras son como sogas y los actos como cadenas”: un pequeño pensamiento no nos ata, pero cuando queda dando vueltas y vueltas en nuestra cabeza es como si hubiéramos dado muchas vueltas a nuestras manos con un hilo frágil; finalmente logra inmovilizarnos y es difícil librarse de esa atadura.

De los pensamientos surgen las palabras. Una vez que las expresamos quedamos esclavos de ellas, ahora la atadura es con una soga mucho más fuerte que un hilo. Debemos ser capaces de decidir cuándo guardar silencio y cuándo hablar, haciéndonos responsables y asumiendo las consecuencias de lo que decimos. Un antiguo refrán expresa: “El sabio no dice todo lo que piensa, pero piensa todo lo que dice”.

Si de las palabras se derivan actos fuera de la voluntad de Dios quedaremos sujetos al pecado como si estuviésemos atados con una cadena.

Entonces, como toda palabra y todo acto comienza en los pensamientos, hemos sido aconsejados que la mejor manera de mantener el control de nuestro propio destino es dejar que Cristo reine en nuestro corazón.

Hemos recibido el don del Espíritu Santo que nos capacita para ser dueños de nuestras propias decisiones. El Apóstol Pablo escribe en 2 Timoteo 1:7: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”.

El dominio propio es un importante don divino, que nos protege de tomar un camino equivocado y decisiones apresuradas. Un poder que nos permite reinar sobre nuestra vida. Reinar sin ejercer ese poder sobre los demás, pero sí sobre nosotros mismos, lo que nos encamina a servir al prójimo con amor.

¡Con confianza, démosle mucho espacio al don Espíritu Santo para que se despliegue! De este modo podrá obrar en nosotros su poder, amor y dominio propio.

Este es el año para aprender a “servir y reinar con Cristo”. ¡Aprovechemos la oportunidad!

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Enrique Eduardo Minio
23.02.2023
apóstol de distrito, lema, Servir y reinar con Cristo