La bendición es una cosa, el agradecimiento es otra. Y luego viene la ofrenda. Todo esto está relacionado de una manera diferente a lo que algunos podrían creer. Indicaciones de siete Servicios Divinos.
“Todo lo que poseemos es un regalo de Dios”, subraya el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. “El agradecimiento es la clave para más bendición”. Y el agradecimiento también nos protege de la propensión a considerar los dones de Dios como sobreentendidos y esperar cada vez más.
Dar las gracias es más que alabar. También incluye apreciar, aprovechar y dar. “Queremos dar algo a Dios. Entonces traemos nuestra ofrenda”, pero no por deber o culpa, ni por cálculo, sino “simplemente por alegría”. Porque compartir es la forma más hermosa de agradecer.
¿Ofrendar porque, de lo contrario, podríamos quedar sin bendición? Es un planteamiento totalmente equivocado, como dejó muy claro el Apóstol Mayor en un Servicio Divino sobre la bondad de Dios y la ofrenda como respuesta.
Compartir es el lema, porque los dones traen aparejada una tarea: “Aprovecha tus habilidades para servir al Señor de muchas maneras. Utilízalas para hacer el bien. No tienes que dar todo tu dinero a los pobres. Está bien si lo disfrutas. Pero no olvides a Dios, no olvides a tu prójimo”.
¿Agradecer a Dios? Es difícil en tiempos difíciles. Pero es parte de la lucha de la vida, opina el Apóstol Mayor. Cómo lograrlo y en qué se puede beneficiar uno mismo. Un Servicio Divino con dos veces cinco pensamientos: Agradecer, ¡ahora más que nunca!
El dirigente de la Iglesia explicó cómo nuestro agradecimiento puede convertirse en una bendición para los seres humanos, con la mirada puesta en el mundo natural y en la vida espiritual: Cómo el agradecimiento fortalece la fe.
Jesucristo ofreció el sacrificio definitivo. ¿Qué beneficios tendrá entonces ofrecer uno mismo sacrificios y ofrendas? Cinco buenos motivos para ello y lo que significan para el que los hace: Para dar a Dios lo que cuenta es el corazón.
Foto: Marcel Felde