“Es tiempo de hacer el bien”. El lema del año se aplica sobre todo a los niños. Esta vez, la pregunta es: ¿cómo pueden los niños aprender a esperar?
“¿Cuándo por fin es Navidad?” o “¿Puedes ayudarme un momento?”. Los niños suelen esperar una respuesta inmediata a este tipo de preguntas; una respuesta de los padres como: “Pronto” o “Espera un momento” no los satisface.
Por lo tanto, cuando un niño de tres años pregunta cuándo por fin llegará Papá Noel, los adultos deben dar una respuesta concreta y no utilizar la palabra “pronto”, ya que, desde el punto de vista de los niños, esto solo significa unos segundos o, como máximo, dos minutos.
A la pregunta: “Mamá, ¿puedes ayudarme un momento?”, la madre tampoco debería responder: “En seguida”, sino explicar por qué no puede reaccionar de inmediato, por ejemplo: “Voy a terminar de escribir el correo y luego tendré tiempo para ti”.
No tiene sentido satisfacer inmediatamente todos los deseos de los niños, ya que estos deben aprender paso a paso y de forma adecuada a su edad a manejarse con el aplazamiento de sus necesidades. La capacidad de aplazar las necesidades es una de las tareas del desarrollo más importantes; solo quien la posee puede regular sus emociones y controlar conscientemente sus acciones.
7 consejos para aprender a esperar
¿Cómo pueden los educadores ayudar a los niños a aprender a esperar en una época tan acelerada y caracterizada por la inmediatez?
- Empezar poco a poco: cuando un niño tiene un deseo (por ejemplo, tomar un libro de una estantería alta), puede esperar un momento hasta que se cumpla. Cuanto mayor sea el niño, más largo puede ser el tiempo de espera.
- Entender el motivo: los padres deben explicar a los niños por qué no pueden actuar de inmediato (por ejemplo, porque primero tienen que terminar otra actividad).
- Indicar tiempos concretos: en lugar de tranquilizar al niño con “en seguida” o “espera un momento”, es mejor decirle concretamente: “En cinco minutos voy a estar contigo”.
- Visualizar el tiempo de espera: el tiempo es difícil de comprender para los niños. Un reloj de arena o un cronómetro pueden ayudar a evaluar correctamente los tiempos de espera.
- No interrumpir los desafíos: cuando un niño intenta realizar una tarea, los adultos no deben intervenir inmediatamente al ver que no lo consigue, sino esperar a que pida ayuda y solo entonces ayudarlo.
- Practicar la espera jugando: con los juegos de mesa, los niños aprenden a esperar su turno.
- Ser fiable: para que los niños puedan soportar la espera, deben poder confiar en que se cumplirán los acuerdos, es decir, que la madre realmente tendrá tiempo para ellos después de escribir el correo electrónico. Si no se cumplen estos acuerdos, el niño aprenderá que no vale la pena esperar.
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Sobre la autora

Natascha Wolf estudió magisterio y trabaja como directora y maestra en una escuela primaria. Tiene tres hijos. Está activa como maestra de escuela dominical y directora del coro de niños del distrito Rottweil, Alemania.