Asistencia espiritual (19): La confidencialidad genera confianza
“Sub rosa”, bajo la rosa o también: bajo el sello del secreto. Estas palabras suelen estar grabadas como lema en los confesionarios y significan: Lo que se dice bajo la rosa es confidencial.
En la antigua Roma, se colgaba una rosa del techo en las reuniones para recordar a los presentes el deber de guardar el secreto. La rosa esculpida en los confesionarios de hoy cumple el mismo propósito: “sub rosa dictum”, dicho bajo la rosa, esto debe permanecer en secreto.
Los deberes de confidencialidad existen en muchas profesiones: entre médicos, abogados, psicólogos o asistentes espirituales. Significa que los secretos confiados no pueden ser transmitidos a terceros sin autorización. También los portadores de ministerio nuevoapostólicos están obligados a la confidencialidad: “Todos los portadores de ministerio son ministros en el sentido de las leyes generales. Están obligados a guardar secreto sobre todos los asuntos de los que tengan conocimiento en virtud de su actividad como portadores de ministerio”.
No siempre está claro para todos qué es exactamente lo que forma parte del llamado secreto ministerial. Lo que está muy mal es que los portadores de ministerio hablen sin importar quién los escuche. Pueden ser conversaciones en la sacristía antes del Servicio Divino. Allí vuelven a informar rápidamente sobre la hermana o el hermano tal y tal que tiene que someterse a una operación grave, nombrándolo y describiendo el procedimiento en detalle. ¿Está permitido esto? ¡No!
Secreto, ¡sí, por favor!
Los portadores de ministerio aceptan el llamado secreto ministerial antes de ser ordenados. Estas normas no pretenden limitar o dificultar la asistencia espiritual. Todo lo contrario, ¡hacen posible la asistencia espiritual! Se trata nada menos que de la confianza de los hermanos en la fe en sus portadores de ministerio. Esta es la condición básica de todo cuidado pastoral. La tarea del portador de ministerio debe ser fortalecer esta confianza y nunca abusar de ella. Una vez que se pierde la confianza, tiene consecuencias inmensas para toda la actividad en la Iglesia.
Por lo tanto, la asistencia espiritual presupone que el contenido de las conversaciones se trate de forma confidencial y no sea transmitido a otros. Esto incluye, por ejemplo, las relaciones matrimoniales, familiares, de salud y económicas, así como el estilo de vida, el estado de la fe o los problemas de la fe.
Excepciones
La información solo puede transmitirse a ministerios superiores sin el consentimiento del interesado si existe una necesidad ineludible de hacerlo. Este es el caso, en particular,
- si se teme un daño considerable para la Iglesia (por ejemplo, en el caso de incumplimientos graves de los portadores de ministerio),
- si se planea o prosigue un delito grave,
- si hay indicios de un peligro concreto para la vida o la integridad física de los miembros de la comunidad (por ejemplo, en el caso de un anuncio de suicidio).
Si no es posible llegar a un acuerdo con los portadores de ministerio responsables de la dirección, el portador de ministerio decide bajo su propia responsabilidad si avisa a las autoridades estatales y proporciona información al respecto posteriormente.
Confesión
La confesión es un caso especial en la asistencia espiritual. También está sujeta al deber de confidencialidad, al secreto de confesión. En la terminología religiosa, confesión es reconocer frente a un religioso pecados cometidos, o bien, admitir la culpa. Según la concepción nuevoapostólica, la confesión no es necesaria para el perdón de los pecados. Sin embargo, si alguien no se encuentra la paz interior, la persona afectada puede dirigirse directamente al Apóstol y confesarse a él.
En casos de especial urgencia, en los cuales no se puede llegar de inmediato a un Apóstol, por ejemplo, ante una muerte inminente, excepcionalmente todo portador de ministerio sacerdotal puede recibir la confesión y transmitir el perdón. El Apóstol es informado sin dilación de este acto.
Nuestro próximo episodio se centrará en un tema que afecta a muchas personas, ya sea como enfermos o como familiares: la depresión y sus efectos.
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Peter Johanning
20.12.2021
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