En foco 10: La alegría en el Señor - Nuestra fortaleza
No siempre reina la alegría. A veces pasamos por fases de tristeza. Cómo entonces se puede encontrar nueva fortaleza haciendo trabajo de construcción, lo describe el Apóstol de Distrito Raúl Eduardo Montes de Oca Daiqui (Brasil y Bolivia) en su aporte al lema del año.
En el tiempo en que Judá fue una provincia del imperio persa, Nehemías tuvo conocimiento de la condición lamentable de la ciudad de Jerusalén y se llenó de tristeza. Hasta que un día, el rey percibió esta tristeza en su semblante y le concedió autorización para ir a Jerusalén y hacerse cargo de la situación en carácter de gobernador.
A partir de su llegada a la ciudad, Nehemías analizó secretamente el lugar y elaboró un plan para su restauración. Este plan fue ejecutado con tanta habilidad y entusiasmo que todas las murallas fueron reconstruidas en el asombroso periodo de cincuenta y dos días.
No fue una tarea fácil: mientras una parte del Pueblo hacia su labor de reconstruir las murallas, la otra vigilaba los enemigos que acechaban. (Nehemías 4.17). Nehemías estimulaba lo pueblo para no renunciar con las palabras "...,y no os entristezcáis, porque el gozo en el Señores vuestra fortaleza" (Nehemías 8.10 (parte)).
Para el año 2015, nuestro Apóstol Mayor nos ha dado una palabra de estímulo para que podamos continuar la “construcción”. Quizás tendremos por delante momentos en los que, como ocurrió con Nehemías, la tristeza gane nuestros corazones.
Pero no vamos a renunciar, debemos continuar trabajando en la "construcción" de nuestras almas extrayendo las fuerzas de las fuentes de alegría que el Señor nos ha dado para proveer todo lo que necesitamos y llevar la calma a nuestras almas. Encontraremos estas fuentes:
- En la recepción de la palabra del Servicio Divino con un corazón creyente.
- En la participación sincera del perdón de los pecados
- en la celebración consciente de la Santa Cena
- En las oración fervientes
Con seguridad podremos extraer de estas fuentes la alegría que se transformará en fuerzas para continuar sin vacilar hasta el objetivo eterno.
