Su derroche es injusto, su contaminación un delito

Día Mundial del Agua. A las personas de los países industrializados les dice poco. Tienen agua suficiente, ¡todavía! Otras personas sueñan simplemente sólo con abrir un grifo y poder beber agua. Un vistazo a un mundo dividido en dos:

El 22 de marzo es el Día Mundial del Agua. Desde 1993 la UNESCO recuerda qué importante es este recurso vital para la humanidad. El agua es vida. Sin agua el hombre muere. El acceso al agua es un derecho del hombre, anclado en la Carta de los Derechos Humanos. La realidad es diferente. En muchos países del mundo hay escasez de agua.

¡Con cuánta imprudencia muchas veces se usa el agua en los países industrializados! El grifo tienta al derroche, la bañera o la ducha gastan mucha agua potable, las fuentes minerales son alteradas con soda y vendidas a precios altos y y y. El agua es contaminada, envenenada, derramada descuidadamente. En algunas partes la gente se enoja por la lluvia, en otras partes sufre sequías.

El agua limpia es un derecho del hombre

Estimaciones serias parten de la base de que en todo el mundo unas 900 millones de personas no tienen acceso al agua potable limpia. Las enfermedades que surgen matan a más niños que la malaria, el sarampión y el SIDA juntos. Las diarreas están al tope en la lista de los padecimientos.

Más de 400 millones de días de clase pierden los niños enfermos a consecuencia de ello. Pierden la posibilidad de tener una formación, un camino para salir de la pobreza. El incremento de la población mundial con el consiguiente aumento de asentamientos irregulares agudiza el problema. Los niños de esos barrios pobres no se benefician por los consejos médicos tan conocidos en los países ricos, en los que se recomienda que cada adulto debe ingerir como mínimo 1,5 a dos litros de líquidos, y en caso de deportes o de mucho calor una cantidad mayor.

Como el cerebro está compuesto en un 85 por ciento de agua, la escasez de líquido conduce a alteraciones en la concentración y dolor de cabeza. Pero sólo el conocimiento de esto no alcanza. Se necesita que haya una distribución adecuada. Los ricos deben dar de lo que tienen para que los pobres sufran menos. Forma parte de esto el hacer tomar conciencia de que el agua es un resurso vital, un recurso de supervivencia. Es más valiosa que cualquier otra posesión material. El derroche del agua es injusto, la contaminación del agua un delito. Nuestros niños lo tienen que aprender.

Ejemplo: proyectos de construcción de pozos de agua en África

También podemos donar. Un ejemplo entre muchos: la Obra Misionera (Missionswerk) de la Iglesia Nueva Apostólica Alemania del Sur es conocida desde hace muchos años por haber ayudado a muchas personas con sus proyectos de pozos de agua. Dos proyectos actuales:

  • Agua potable limpia para huérfanos en Tamale: Un proyecto de provisión de agua en el norte de Ghana. Con una donación de 1.000 euros, la Obra Misionera contribuyó a que pueda ser terminado. Allí, en Tamale, se colocaron tuberías de agua hasta un hogar de huérfanos. Los 27 niños que viven allí ahora pueden ser provistos de agua potable limpia. Además se instaló un tanque de agua como depósito para casos de emergencia.
  • Un pozo de agua para Gambella: Agua clara y limpia saliendo a borbotones de un pozo es una imagen muy poco frecuente en el sudoeste de Etiopía. En la pequeña ciudad de Gambella antes la gente juntaba en bidones su ración diaria de agua sucia en lagunas y pantanos. Desde enero de 2014 funciona el pozo que provee de agua potable limpia a 800 personas del entorno cercano.

El agua significa vida. Es un derecho básico de cada ser humano, no sólo en un día de conmemoración como el de hoy...


Foto: NAK Süddeutschland

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