“Es tiempo de hacer el bien”: el lema del año está dirigido sobre todo a los niños. En una serie de artículos que se publicarán en nac.today, profesionales explican cómo hacerlo a partir de la fe. Comenzamos con la pregunta: ¿Cómo se puede integrar a los niños en la vida de la Iglesia?
La Iglesia, así como la enseñanza y los Servicios Divinos asociados a ella, deberían ser un punto focal atractivo e importante para los niños. Pero, ¿cómo conseguirlo?
Al igual que en la escuela, los niños esperan encontrarse con otros niños. Y los niños quieren ser integrados en las tareas y ayudar a dar forma a la vida de la Iglesia. Si pueden participar en ambas cosas en la Iglesia, hay muchas posibilidades de que se sientan cómodos allí y disfruten yendo.
Todas las actividades diseñadas para motivar a los niños consisten en que asuman responsabilidades y se diviertan en el proceso. Todos los niños tienen habilidades y puntos fuertes que pueden aportar a la comunidad. Si se les permite hacerlo y se los reconoce por ello, pueden aprender que asumir responsabilidades y cumplir tareas puede ser algo estupendo. De este modo, el niño experimenta que es importante y valorado en la comunidad.
Algunas formas de hacerlo:
- Ayudar en el servicio en la puerta: Los niños pueden ayudar contando a los asistentes al Servicio Divino o saludando a los hermanos con un apretón de manos en la puerta.
- Participación en el Servicio Divino: Los niños pueden leer en voz alta los anuncios o hacerse cargo de una lectura bíblica, construyendo así un puente entre los niños y los adultos de la comunidad.
- Apadrinamiento: Cuando los niños han terminado la escuela dominical y comienzan a asistir al Servicio Divino, podrían ser útiles los apadrinamientos: un joven podría apadrinar a un niño, saludarlo, sentarse a su lado y hablar con él antes y después del Servicio Divino.
- Los jóvenes hacen regalos a los mayores: Los niños pueden hacer manualidades en la preescuela o la escuela dominical sobre algún tema determinado y regalárselas a hermanos mayores después del Servicio Divino. De este modo, los hermanos saben lo que los niños están aprendiendo en las clases y se sienten más unidos a ellos.
- Café en la Iglesia: Muchas comunidades organizan un café de vez en cuando. Algunos niños pueden servir, hornear algo juntos el sábado anterior o hacer la decoración de la mesa.
- Decoración del altar: Los niños podrían diseñar la decoración del altar dos o tres veces al año junto con adultos experimentados.
Foto: Thomas Brunschede
Sobre la autora
Natascha Wolf estudió magisterio y trabaja como directora y maestra en una escuela primaria. Tiene tres hijos. Está activa como maestra de escuela dominical y directora del coro de niños del distrito Rottweil, Alemania.