Cristo, Señor de la vida

La fe cristiana hace sentirnos seguros y serenos. Pero el Evangelio también deja claro que hay tareas que los creyentes deben realizar. Los Servicios Divinos dominicales de mayo describen esta interacción.

Cristo, el Creador

Seguridad: No fue la casualidad ni la arbitrariedad las que crearon el mundo y los seres humanos, sino la voluntad de Dios. Jesucristo es –en unidad con Dios Padre y Dios Espíritu Santo– el Creador de todas las cosas; esto incluye el mundo de aquende y el mundo de allende. Lo visible y lo invisible le están sujetos.

Tarea: Al saber que Dios ha creado lo visible, el creyente trata a la creación como una buena dádiva de Dios y no como su propiedad. La cuida y la preserva, no para sí mismo, sino también para sus descendientes. Al saber que Dios ha creado lo invisible, el creyente no orienta su vida solamente en lo material.

Cristo, Señor sobre la vida y la muerte

Seguridad: Despertando a los muertos, Jesús mostró su autoridad divina. Él es Señor sobre la muerte y la vida. Pero Jesús también mostró como verdadero Dios y verdadero hombre, que siente compasión cuando los seres humanos tienen miedo, cuando sufren. Es partícipe de su destino humano.

Tarea: Después de que los milagros fueron cumplidos y reconocidos, siguió el seguimiento. Esto no es un automatismo, sino que se demuestra en la fe en la omnipotencia y el amor de Dios, en la vida, la muerte, la resurrección y el retorno de Jesucristo.

Cristo, Señor sobre la naturaleza

Seguridad: Una noche tormentosa en el mar, miedo de morir, Jesús interviene y el viento se calma. Jesús domina las fuerzas de la naturaleza. Cristo conoce los miedos, mira sobre los seres humanos. Esto trae tranquilidad y serenidad.

Tarea: El creyente confía en la omnipotencia de Dios, también cuando en la vida reina el caos y la ayuda al principio parece que no llega.

Cristo, Señor en la comunión

Seguridad: En el discurso del pan (Juan 6), Jesús deja claro que Él es el pan de vida. Su muerte en sacrificio es el fundamento de la redención de los hombres. Jesucristo es el garante de la eterna comunión del hombre con Dios.

Tarea: Participar dignamente de la Santa Cena promueve la comunión con Jesucristo y la comunión de unos con otros; es importante para la preparación para el día del Señor.

Cristo, el que viene otra vez

Seguridad: Jesús vendrá otra vez para llevar consigo a la Iglesia. Lo que el hombre no puede lograr con sus propias fuerzas, lo hace posible Jesucristo: la eterna comunión con Dios.

Tarea: Jesús llevará consigo a la comunidad que cree en Él, que se opone al pecado, que se presenta como sus testigos y que es uno con Él. La fe en Jesucristo como el que murió, resucitó y ascendió al cielo, así como en su doctrina, es imprescindible para vivir ese instante.

Los Servicios Divinos en el período posterior a la Pascua nuevamente toman como punto central a Jesucristo. Él es el Señor de la vida y hace posible la vida en eterna comunión con Dios.



Foto: Romolo Tavani

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Oliver Rütten
30.04.2019
servicio Divino