Los Sacramentos (26): Una transformación esencial
El novio desliza una banda de metal en el dedo de su novia. Una persona con la autoridad necesaria pronuncia unas palabras. ¿Qué es exactamente lo que lleva la novia en su dedo? ¿Es una joya? ¿Una alianza? ¿Un símbolo? ¿Y qué tiene que ver todo esto con la Santa Cena?

La imagen del anillo de bodas pretende servir de ilustración para un debate teológico y filosófico que ha girado en torno al Sacramento de la Santa Cena durante siglos. Más concretamente, la pregunta es: “¿De qué manera está Jesucristo directamente presente en este Sacramento?”.
Los Padres de la Iglesia Ambrosio y Agustín ya discutieron sobre la cuestión en el siglo IV. Y en la Edad Media, el debate fue continuado por un erudito conocido como Berengario de Tours y por el Obispo Guitmund de Aversa. Y justo cuando los teólogos pensaban que habían llegado a un consenso sobre la cuestión, llegó la Reforma para reavivar la disputa. En última instancia, esta cuestión resultó ser la gota que colmó el vaso en la relación entre los reformadores Lutero y Zwinglio.
¿Símbolo o realidad?
Sí, Jesús está presente en la Santa Cena, pero solo espiritualmente, opinaba Zwinglio. Para él –así como siglos antes para Berengario y Agustín– el pan y el vino son un símbolo. Actualmente son seguidores de esta concepción partes de la Iglesia Reformada, así como los menonitas, los bautistas, las comunidades pentecostales y muchas Iglesias libres evangélicas.
Sí, Jesús está presente en la Santa Cena, y lo está por completo: su cuerpo y su sangre verdaderamente están contenidos en el pan y en el vino. Así lo ven la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Evangélica de impronta luterana, la Iglesia Ortodoxa y también la Iglesia Nueva Apostólica. Este pensamiento se llama “presencia real”.
Y este es el punto en el que no solo un niño se pregunta: Sí, entonces cuando tengo la hostia en la boca, ¿estoy masticando a Jesús? Y justamente con este pensamiento ya tenía sus problemas antiguamente el buen Berengario de Tours. La respuesta unívoca es: No, pues en el nivel de la condición físico-química no pasa nada. El cambio tiene lugar en otro nivel.
¿Contenido o figura?
Para entenderlo se necesita hacer una pequeña excursión a la filosofía, a un aspecto que llega hasta los antiguos griegos. Se trata del par de conceptos “sustancia” y “accidente” de una cosa, del contenido por un lado y de la forma por el otro, de la naturaleza de una cosa y de sus propiedades. O bien como fue mencionado en la imagen del comienzo: del “anillo de bodas” y la “sortija de metal”.
Esto queda claro para los representantes de la presencia real: accidente, forma, propiedades, es decir la materia de la hostia no cambia en la Santa Cena. La alianza conserva su forma durante la ceremonia nupcial, así como su composición química. Pero en la sustancia, en el contenido, en la esencia, en este nivel sí se produce un cambio. Con la ceremonia de la boda, el anillo de metal pasa de ser una mera pieza de joyería a un significativo anillo de bodas.
¿Transformación o duplicación?
Qué pasa exactamente en la Santa Cena, en esto las confesiones no están de acuerdo: los católicos parten de la base de que la naturaleza del pan y el vino se transforma en la naturaleza del cuerpo y la sangre de Cristo. “Transustanciación” se llama el término técnico.
Los luteranos, en cambio, dicen que a la naturaleza del pan y el vino se agrega además la naturaleza del cuerpo y la sangre de Cristo. “Consustanciación” se llama este concepto, que también sostiene la Iglesia Nueva Apostólica. El anillo de metal es a la vez una pieza de joyería y un anillo de bodas. Según la doctrina nuevoapostólica, esta doble naturaleza de los elementos de la Santa Cena corresponde a la doble naturaleza de Jesucristo como verdadero hombre y verdadero Dios.
Palabras con un efecto
También vuelve a haber acuerdo sobre cuándo pasa esta transformación o unión durante la Santa Cena: durante la “consagración”, es decir, cuando el ministro autorizado para ello pronuncia las palabras de consagración. Y estas no solo en la Iglesia Nueva Apostólica se orientan en las palabras atestiguadas en el Nuevo Testamento, con las que Jesucristo mismo instituyó el Sacramento.
Para aquellos que consideren que estas consideraciones son demasiado elevadas, puede ser útil considerar las realidades de la vida que rodean al anillo de bodas: ¿cuántas viudas y viudos siguen llevando este anillo de metal durante décadas después de haber perdido a su cónyuge, solo para sentir, imaginar y recordar el amor y la esencia de su ser querido que ha partido?
Más allá de todas las postulaciones teológicas, las diferentes denominaciones también han desarrollado una amplia diversidad de prácticas en sus comunidades. ¿Qué tipo de pan se permite? ¿Y qué tipo de vino? ¿Quién puede dispensar el Sacramento? ¿Y quién puede recibirlo? Estas preguntas serán el centro de atención de las próximas partes de esta serie.
Información del artículo
Autor:
Fecha:
Palabras claves:
Andreas Rother
28.01.2021
sacramentos,
Santa Cena