Los Sacramentos (12): La durabilidad y resistencia del Bautismo

Adopción, limpieza, renovación. La Biblia conoce muchas interpretaciones del Bautismo. El significado concreto de este Sacramento ha cambiado en el curso de la historia del mundo. A menudo por una cuestión de política y sociedad.

El punto de inflexión decisivo fue el “cambio constantiniano”, es decir, la fase en el siglo IV en la que el cristianismo se desarrolló de una minoría perseguida a la religión estatal romana. El “antes” y el “después” difícilmente podrían haber sido más diferentes.

El cambio a un mundo opuesto

Antes de eso, el Bautismo significaba salir del entorno anterior e ingresar en una sociedad paralela hostil. Entonces dominaba la interpretación de un cambio radical, de la muerte de lo viejo y el nacimiento de lo nuevo. Esto también se reflejó en la liturgia. La persona bautizada no solo confesaba su fe en Jesucristo, sino que también renunciaba explícitamente a su vida anterior.

De entonces datan las confesiones bautismales que se conservaron, como la del voto nuevoapostólico de Confirmación: “Yo renuncio al diablo, y a todo su obrar y ser...”. Fue en esta época que el Bautismo fue asociado por primera vez con el término “sacramentum”, el juramento de lealtad de los soldados y oficiales romanos.

El Bautismo solo se administraba después de un período de preparación, durante el cual los solicitantes adquirían un conocimiento profundo de la Biblia y la doctrina. Así se desarrolló el estatus de los “catecúmenos”, que incluso sin el Bautismo ya pertenecían a la comunidad.

Experimentar realmente la nueva vida

Este mundo cambió totalmente cuando primero se toleró el cristianismo y luego este fue elevado al estatus de una Iglesia del Imperio. En ese momento, los solicitantes ya no tenían tanta prisa por cambiar su vida radicalmente. No pocos recién fueron bautizados en su lecho de muerte. Un ejemplo perfecto: el propio emperador Constantino.

Por eso los teólogos enfatizaron los aspectos místicos, el ser bautizado en el destino de Jesús. El efecto del Sacramento tenía que ser experimentado antes de que pudiera ser entendido. Fue en esta época que el “mysterion” bíblico griego se combinó con el “sacramentum” romano para formar el concepto moderno del Sacramento.

Al mismo tiempo, los solicitantes del Bautismo solo podían participar en la vida de la comunidad paso a paso, dependiendo de su nivel de formación. Por lo menos desde ese momento solo se les permitía a los bautizados participar de la Santa Cena.

El poder decide

El Bautismo como cambio de dominio a la esfera de influencia de Jesucristo. Esta interpretación dominó en la temprana Edad Media, en la época en que pueblos enteros fueron convertidos al cristianismo porque sus gobernantes así lo querían.

Esto llevó a excesos como la misión forzada de los sajones bajo Carlomagno. Y a menudo llevó al desarrollo de sus propias traducciones de la Biblia, para las cuales a veces incluso se inventó un alfabeto propio, como en el caso de los armenios, los godos y los eslavos.

Viejas preguntas hechas de una manera nueva

El “escolasticismo” de fines de la Edad Media estuvo marcado por los últimos toques teológicos. Los eruditos completaron lo que los Padres de la Iglesia habían comenzado. Esto comenzó con la distinción entre la validez y el efecto del Bautismo de la “disputa herética” de la Iglesia primitiva y no terminó con la doctrina de Agustín sobre el pecado original.

En esa época ganó en importancia en la interpretación del Bautismo el aspecto del perdón de los pecados. Esto también se hizo evidente en la liturgia. La persona bautizada era rociada con agua en lugar de ser sumergida en ella. Porque el “lavar” se había convertido en algo más importante que el “ahogar”.

¿Todo aclarado? Para nada, porque entonces llegó la Reforma y revivió muchos debates, especialmente la cuestión del Bautismo de niños. Este es el tema del próximo episodio de esta serie.


Photo : Foto: Antigua fuente bautismal en Stobi/Macedonia (Tomisti, CC BY-SA 3.0 DE)

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Andreas Rother
23.06.2020
sacramentos, Santo Bautizo